Wednesday, June 25, 2025

La Papisa Juana: Un Personaje tan real Como León XIV

En esta presentación, mostraremos evidencia irrefutable que demuestra la existencia de una mujer Papa. Una mujer que se vistió de hombre y se convirtió en pontífice en el año 853 d. C., y murió al dar a luz en medio de una procesión en el año 855 d. C.

Comencemos con este manuscrito del siglo XII:

Manuscrito (o códice) vaticano Latino 3762, folio 124v, que se remonta al año 1142 d.C. Véasehttps://digi.vatlib.it/view/MSS_Vat.lat.3762 

Aquí tenéis la traducción del último párrafo:
“Después de León [es decir, León IV], Juan, un inglés, nacido en Maguncia, reinó durante dos años, siete meses y cuatro días. Murió en Roma y el papado estuvo vacante durante un mes. Él, como se decía, era una mujer, y cuando todavía era una niña fue llevada a Atenas vestida de hombre por cierto amante suyo. Avanzó tanto en varias áreas del conocimiento que no se pudo encontrar a nadie que la igualara. Posteriormente enseñó el trivium en Roma y tuvo grandes maestros como sus discípulos y oyentes. Y debido a que su vida y aprendizaje gozaban de gran reputación en la ciudad, fue elegida Papa por unanimidad. Pero mientras era papa quedó embarazada de su amante. Sin saber la hora de su parto, cuando se dirigía de San Pedro a Letrán, dio a luz en un estrecho pasaje entre el Coliseo y San Clemente y, después de su muerte, como se informa, fue enterrada en ese mismo lugar. Debido a que el señor papa siempre evita esa calle, muchos creen que lo hace a causa de su aversión por ese evento. Tampoco está incluida en la lista de los Santos Pontífices, tanto por su sexo femenino como por la inmundicia del asunto.” (Traducción al español del último párrafo, del folio 124v, del manuscrito o códice vaticano Latino 3762, año 1142 d.C.) 

No existe ningún estudio químico que haya demostrado que la tinta con la que se escribió la historia de la Papisa, en este manuscrito, pertenezca a otro siglo que no sea el siglo XII. 

Este manuscrito refuta la aseveración de la enciclopedia católica que afirma que la historia de la Papisa “apareció por primera vez a mediados del siglo XIII.” (Papisa Juana, Enciclopedia Católica):


Continuemos ahora recordando este interesante pasaje de las escrituras (bastante pertinente en esta historia):
“No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.” (Deuteronomio 22:5, Santa Biblia)


ESTATUAS Y ESCULTURAS


La Enciclopedia Católica afirma enfáticamente: «Esta supuesta papisa es pura imaginación».(Papisa Juana, Enciclopedia Católica) 

Si esto es cierto, ¿Por qué hay varias estatuas y esculturas de «esta supuesta papisa» en la Basílica de San Pedro en la actualidad? ¿Por qué se tallaron en el pasado bustos y estatuas de «esta supuesta papisa» en el Vaticano, que luego fueron modificados o destruidos?


PRIMERA ESTATUA 

Estatua de la mujer Papa situada en el pórtico de la Basílica de San Pedro:

Esta estatua fue esculpida en 1720 por Giuseppe Frascari.

No puede ser una representación de una santa ni de una mártir, pues lleva un hábito episcopal, una tiara (regnum) utilizada por los Papas de la Alta Edad Media, un libro y las llaves del cielo. Por lo tanto, es la sucesora de Pedro en el trono papal.

En el siguiente mapa señalamos la ubicación exacta, en el Pórtico de la Basílica de San Pedro, de esta imponente estatua de la mujer Papa:

Compare la estatua de la Papisa, en el pórtico de la Basílica de San Pedro, con «La Papisa» del Tarot de Marsella. Observe el libro que sostiene la Papisa en el Tarot de Marsella (creado en el siglo XVII). El libro representa el conocimiento y la erudición que caracterizaron a la mujer Papa:
La estatua fue esculpida 100 años después del tarot. Es claro que el modelo que tomó Frascari para su estatua fue la carta de la Papisa. 

En cuanto a la erudición y el conocimiento de la mujer Papa, razón por la que el libro se usa como símbolo de ella, recordemos las palabras de Martín de Opava: «Se dice que esta Juana era una mujer que, de niña, fue llevada a Atenas vestida de hombre por cierto amante. ALLÍ DOMINÓ DIVERSAS RAMAS DEL CONOCIMIENTO, HASTA ALCANZAR UN NIVEL SIN IGUAL, Y LUEGO, EN ROMA, ENSEÑÓ ARTES LIBERALES Y TUVO GRANDES MAESTROS ENTRE SUS ALUMNOS Y PÚBLICO. SU VIDA Y ERUDICIÓN SE ELEVÓ EN LA CIUDAD; Y FUE ELEGIDA PAPA». (Chronicon Pontificum et Imperatorum [Crónica de los Pontífices y Emperadores] de Martín de Opava)

El Tarot de Marsella no es el único material grafico medieval que representa a la Papisa con un libro como símbolo de su conocimiento y erudición. El sacerdote francés Jacques Philippe Forestius, de Bérgamo, habla de Juana en su libro De plurimis Claris scoletisque mulieribus (Ferrara, 1497). Al comienzo del capítulo que habla de la papisa (folio CXXXIII del libro, página 281 de la publicación en línea), aparece una xilografía que representa a la papisa sentada en un trono; la triple corona está sobre su cabeza; con la mano derecha imparte una bendición; y en su mano izquierda sostiene un libro abierto:

La estatua de la mujer Papa, en el pórtico de la Basílica, lleva la tiara (regnum) utilizada por los Papas de la Alta Edad Media (476-1000 d. C.). La Alta Edad Media es la época del pontificado de Juana. De izquierda a derecha: La mujer Papa, León VIII y León VII:

Esta estatua tampoco puede ser una representación de la iglesia, ya que lleva una túnica episcopal, la tiara (regnum) usada por los papas de la Edad Media, un libro y las llaves del cielo. Ninguno de estos elementos pertenece al simbolismo de la iglesia según la Biblia.

En Apocalipsis 12:1, se describe una alegoría de la iglesia: «Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y sobre su cabeza una corona de doce estrellas». (Apocalipsis 12:1, Santa Biblia SUD)
En ningún lugar del versículo se dice que la mujer tiene las llaves de San Pedro, ni que viste el hábito de un obispo, ni que lleva puesta una tiara papal medieval, y mucho menos que lleva un libro en las manos.

Comparemos ahora la estatua de la mujer Papa con la imagen de la Papisa del Tarot de Marsella y con una pintura que representa a la Iglesia descrita en Apocalipsis 12:1:
Nuevamente, es claro que el modelo que tomó Frascari para su estatua fue la carta de la Papisa. 

Escena de la Película "La Pontífice" (2009), en la que se ve a Juana, en su adolescencia, leyendo un libro:



SEGUNDA ESTATUA

Segunda estatua de la mujer Papa en la Basílica de San Pedro. Esta estatua se encuentra en la nave central de la Basílica.

Como en el caso de la primera estatua, ésta tampoco puede ser una representación de una santa ni de una mártir, pues lleva un hábito episcopal, la tiara (regnum) usada por los papas de la Edad Media, y las llaves del cielo. Por lo tanto, es la sucesora de Pedro en el trono Papal; la máxima autoridad eclesiástica

En el siguiente mapa señalamos la ubicación exacta de esta asombrosa estatua de la Papisa en la Nave Central de la Basílica de San Pedro:



EL BALDAQUINO DE BERNINI

El Baldaquino de Bernini es la escultura más grande e importante de toda la Basílica de San Pedro. Aquí tienen una foto del féretro del Papa Francisco al pie del Baldaquino de Bernini.

Los cuatro pedestales sobre los que descansan las columnas del Baldaquino de Bernini contienen ocho esculturas que representan las diferentes etapas del parto de la mujer Papa.

Aquí tienen tres de estas esculturas. Fíjense en la tiara papal y las llaves de San Pedro:

Siete de estos rostros representan los rostros de la mujer Papa en las distintas etapas de su parto. El último representa a su bebé recién nacido:

Veamos ahora los detalles de las cabezas: Observa como siete de ellas representan a la papisa en las distintas etapas de su parto. La última, como ya mencionamos, representa a su bebé recién nacido:

La papisa Juana dando a luz. Xilografía de una traducción alemana de Heinrich Steinhöwel de De mulieribus claris de Giovanni Boccaccio, impresa por Johannes Zainer en Ulm hacia 1474 (Museo Británico):

Detalle de la escultura del bebé de la Papisa Juana en el Baldaquino de Bernini:
Nótese el rostro del demonio en la parte inferior de la escultura. 

Aunque muy poco conocido en la historia de la mujer Papa, muchos de los primeros cronistas que la mencionaron, la relacionaron de alguna forma con el diablo, veamos algunos ejemplos:

“Hubo otro falso papa, cuyo nombre y año se desconocen. Pues era mujer, como reconocen los romanos, de apariencia refinada, gran erudición y, con hipocresía, de alta conducta. Se disfrazó con ropas de hombre y finalmente fue elegida papa. SIENDO PAPA, QUEDÓ EMBARAZADA, Y MIENTRAS ESTABA ENCINTA, EL DEMONIO LO PUBLICÓ ABIERTAMENTE ANTE TODOS EN LA CORTE, GRITANDO ESTE VERSO AL PAPA: «PAPA, PATER PATRUM, PAPISSE PANDITO PARTUM» [OH PAPA, PADRE DE PADRES, REVELA EL EMBARAZO DE LA PAPISA].” (Chronica Minor escrita por Martinus Minorita y Hermannus Januensis; MGH:SS, XXIV, p.184)

Cierta mujer, erudita y versada en el arte notarial, vistiendo ropas masculinas y fingiendo ser hombre, llegó a Roma. Gracias a su diligencia y a su erudición literaria, fue nombrada secretaria curial. Posteriormente, BAJO LA DIRECCIÓN DEL DIABLO, FUE NOMBRADA CARDENAL Y FINALMENTE PAPA. Quedando embarazada, dio a luz a caballo. Pero cuando la justicia romana fue informada, fue arrastrada fuera de la ciudad, atada de los pies a los cascos de un caballo, y durante media legua fue apedreada por el pueblo.” (Esteban de Bourbon, siglo XIII d.C., De Div. Mat. Praed.; Scriptores Ordinis Praedicatorum, I, p.367.)

En el siguiente mapa señalamos la ubicación exacta del Baldaquino de Bernini en la Basílica de San Pedro.


El ataúd del Papa Benedicto al pie del Baldaquino de Bernini:  

El ataúd del Papa Juan Pablo II al pie del Baldaquino de Bernini:  

Desde el Papa Urbano VIII, los ataúdes de todos los papas se colocan al pie de un monumento cuyos pedestales contiene ocho esculturas de la Papisa Juana:



En el documental de ABC Primetime “On the Trail of Pope Joan” (“Tras la pista de la Papisa Juana”), el erudito católico John Nicholson explica que las ocho esculturas de Bernini, en el Baldaquino, no representan a la Papisa Juana, sino a la sobrina favorita del papa Urbano VIII, quien estaba embarazada en ese momento.
Según Nicholson, ese embarazo fue muy difícil, y “cuando el papa encargó a Bernini, prometió dedicarlo como ofrenda de agradecimiento si su sobrina daba a luz sin problemas”. (Documental de ABC Primetime “Tras la pista de la papa Juana”, minuto 28:55-29:11)

La pregunta que Lila Diane Sawyer (Periodista de radio y televisión estadounidense) se hace, después de escuchar esta explicación, es exactamente la misma que nosotros nos hacemos: “¿Tiene realmente sentido que la Iglesia haya colocado la imagen de la sobrina de un Papa en el centro del lugar más sagrado de la ciudad?” (Documental de ABC Primetime “Tras la pista de la papa Juana”, minuto 29:11-29:19)

Lila Diane Sawyer (Periodista de radio y televisión estadounidense) en la calle de la Papisa (Vicus Papissae):


BUSTOS Y ESTATUAS DE LA PAPISA EN EL VATICANO, QUE LUEGO FUERON MODIFICADOS O DESTRUIDOS

EL BUSTO EN LA CATEDRAL DE SIENA 

En el siglo XVII, el cardenal Baronious (Baronio, Cesare, Cardenal, 1538-1607), bibliotecario del Vaticano, escribió que uno de los 170 bustos de terracota, esculpidos dentro de la catedral de Siena, era de la Papisa Juana, y que había permanecido allí por cerca de 200 años. En la base del busto se había grabado la inscripción “Johanna Papa Femina”. 

Baronious también señala que, durante el renacimiento, el Papa Clemente VIII ordenó que el busto fuera transformado en el Papa Zacarías. El busto se puede ver hasta el día de hoy en la catedral de Siena: 

Fotografía del Busto del Papa Zacarías, en la catedral de Siena, que originalmente era el de la papisa Juana. Véase el documental ABC Primetime Documentary “On the Trail of Pope Joan” (minutos 11:26 – 12:34).

La escritora Donna Woolfolk Cross en el documental ABC Primetime “On the Trail of Pope Joan”, explicando que el busto del Papa Zacarías en la catedral de Siena, originalmente era el de la Papisa Juana 

Este “arreglo”, o “maquillaje”, se hizo, básicamente, por el temor al protestantismo triunfante. El protestantismo fue un movimiento que había iniciado Lutero en 1517 y que para 1601 había desembocado en las famosas “guerras de religión” en Europa, las cuales se prolongaron hasta 1697. 

Incluso la misma enciclopedia católica (que niega la existencia de la Papisa Juana) confirma que, por más de 200 años, hubo un busto, en la catedral de Siena, que representaba a la mujer Papa, de cuya existencia nadie dudaba en aquel entonces, veamos: 
“En los siglos XIV y XV ya se contaba a esta papisa como personaje histórico, de cuya existencia nadie dudaba. Ella tenía su lugar entre los bustos tallados que se encontraban en la catedral de Siena. Bajo Clemente VIII, y a petición suya, se transformó su busto en el del Papa Zacarías.” (Papisa Juana, Enciclopedia Católica) 
Clemente VIII (1592-1605), quien ordenó que el busto de la Papisa (en la Catedral de Siena) se transformara en el del Papa Zacarías.


LA ESTATUA DESTRUIDA 

En el siglo XIV se construyó una estatua en memoria de la Papisa Juana entre San Clemente y el Coliseo. En 1486 John Burchard, obispo de Estrasburgo y Maestro papal de Ceremonias bajo el Papa Inocencio VIII (1503-13), Alejandro VI (1492 1503), Pío III (1503) y Julio II (1503-13), organizó una procesión para Inocencio VI. En su Líber Notarum registra el encuentro de esta procesión con la estatua de la Papisa Juana y su hijo: «En su ida, así como en su regreso, ÉL (EL PAPA) VINO POR LA RUTA DEL COLISEO, Y POR AQUELLA CALLE RECTA DONDE LA ESTATUA DEL PAPA MUJER (IMAGO PAPISSAE) ESTÁ LOCALIZADA EN RECUERDO, SE DICE, POR HABER DADO ALLÍ A LUZ A UN NIÑO EL PAPA JUAN VII (u VIII). Por esta razón muchos dicen que a los Papas no se les permite pasar a caballo por allí. Por lo tanto, el señor arzobispo de Florencia, el obispo de Massano, y Hugo de Bencii, el subdiácono apostólico, me enviaron una reprimenda» (Líber Notarum, John Burchard; RISS, XXXII pt. 1, vol. I, p.176).

Esta estatua mencionada por John Burchard fue tan real y familiar para los romanos de la época medieval como lo es la estatua de la libertad para los americanos en la actualidad. A continuación, veremos como algunos cronistas medievales describieron a esta intrigante estatua. 

Adán de Usk, clérigo galés, canonista, historiador y cronista de finales de la Edad Media, asistió a la coronación del papa Inocencio VII en octubre de 1404. Leamos lo que dice sobre la estatua de la Papisa que estaba cerca de San Clemente
«Tras desviarse por el aborrecimiento que le inspiraba LA ESTATUA DE JUANA Y SU HIJO CERCA DE SAN CLEMENTE, el papa desmontó y entró en la iglesia de Letrán para su coronación. Allí se sentó en una silla de pórfido con un agujero en el centro para que uno de los cardenales más jóvenes pudiera confirmar su sexo». (Las Crónicas de Adán de Usk, escritas originalmente entre 1377 y 1421, traducidas por Sir Edward Maunde Thompson, K.C.B., segunda edición, pág. 263, publicadas en 1904 por Oxford University Press Warehouse, Amen Corner, E.C.) 

La edición de 1375 de la guía Mirabilia dice lo siguiente respecto de esta estatua“CERCA DEL COLISEO, EN LA CALLE, YACE UNA ESTATUA QUE, SEGÚN DICEN, ES LA PAPISA CON SU HIJO... También en ese lugar hay una Majestad Domini que le habló al pasar y le dijo: «No pasarás sin estrechez». Y al pasar, el tiempo del parto la agarró y el niño fue expulsado de su vientre. Por lo tanto, desde ese día, el Papa no volverá a pasar por ese lugar.” (Mirabilia Urbis Romae, 1889, pp. 139-140)

El erudito católico John Capgrave, prior de Saint Margaret en King’s Lyon (Norkfold), escribió lo siguiente sobre aquella estatua en 1450 A.D.: “La iglesia fue una vez engañada por una mujer que murió en una gran procesión mientras daba a luz a un hijo, POR LO QUE SE ERIGE UNA IMAGEN EN SU MEMORIA mientras nos dirigimos a Letrán.” (John Capgrave, Ye Solace Of Pilgrimmes, pp 74)

Esta estatua de la Papisa también fue vista por Martín Lutero cuando visitó Roma a finales de 1510. Lutero hizo un comentario acerca de la estatua, expresando su sorpresa de que los papas permitiesen que un objeto tan embarazoso permaneciera en un lugar público:
"En Roma, en una plaza pública, existe un monumento en piedra para conmemorar a ese Papa que en realidad era una mujer y que alumbró a un niño en ese mismo lugar. Yo mismo he visto esa piedra y me sorprende que los Papas toleren su existencia". Luego Lutero describe a la estatua diciendo que era la de una mujer con vestiduras papales, sosteniendo un niño y un cetro (Véase la obra La Légende de la Papesse Jeanne, Eugene Müntz, 1900, p.333). 
Eugene Müntz (1845-1902)

En su libro The First Sex, Gould Davis dice lo siguiente: La Enciclopedia Católica dice que, por muchos siglos, antes de 1600 d.C., hubo una estatua con atuendos papales, una mitra, y que sostenía a un niño en sus brazos, en la calle donde se creía tuvo lugar la lapidación de Juana.” (The First Sex, Gould Davis, 1971, página 268)

Las descripciones dadas sobre esta estatua, la cual se encontraba en la calle recta cerca de la iglesia de San Clemente, coinciden en que se trataba de una mujer con vestiduras papales, sosteniendo un niño, y con un cetro en la mano. Un detalle importante es la frase que usó el obispo y maestro papal John Burchard para referirse a la estatua en 1486; "Imago Papissae". Los "Imagos" (imágenes, estatuas), en la Edad Media, eran imágenes esculpidas en una pared. Estas esculturas se esculpían dentro de una hornacina.
Imago medieval

El Mirabilia (1500 d.C.), de Stephen Blanck, hace constar una “piedra que está tallada... con la efigie de la Papisa y su hijo.” (John Wolfius, op. cit. I, página 231).

Para el año 1565 la estatua ya estaba bastante deteriorada. Fue el inglés Thomas Harding quien la describió aquel año: "grabada en una piedra, a la manera de lapida sepulcral, erigida no lejos del Coliseo" (Thomas Harding, A Confutation of a Booke Intituled an Apologie of the Church of England, 1565, edición facsímile de 1976, página 167a) 
Tan deteriorada estaba la estatua, que Harding la comparó con la formación natural de rocas conocida como la Bruja de Wookey Hole.

En relación al fin o desaparición de esta estatua de la Papisa, existe el testimonio de Elias Hasenmuller quien en la última década del siglo XVI fue informado por una autoridad confiable que la estatua había sido arrojada al río Tíber por Pío V (1566-72). Según lo registra el mismo Hasenmuller en su obra Historia lesuitici Ordinis (1593, p.315).
Pío V (1566-72), quien ordenó arrojar la estatua al río Tíber.


BORRANDO A LA PAPISA

A continuación presentaremos el reverso de la hoja CLXIX, de la edición latina de la Crónica de Núremberg, también conocida como Liber Chronicarum (1493):
Reverso de la hoja CLXIX, de la edición latina del Liber Chronicarum, pagina 349 del Liber Chronicarum publicado en la web

¿Nota usted algo extraño? Afortunadamente se ha podido restaurar el texto que se había borrado. Veamos primero el original en latín, y luego su traducción en español:
Traducción libre:
"Juan el Inglés, como dicen, nació en Maguncia y obtuvo el pontificado por malas artes. Mintió sobre su sexo, que era femenino, y siendo aún muy joven fue a Atenas con un hombre erudito como amante. Allí, escuchando a preceptores en las bellas artes, progresó tanto que al llegar a Roma tenía muy pocos iguales, incluso en las Sagradas Escrituras. Pero leyendo y discutiendo con erudición, y cada vez más, adquirió tanta benevolencia y autoridad que, a la muerte de León, fue nombrado pontífice en su lugar (como dice Martín) con el consentimiento de todos. Pero después, presionado por su familiar, tras haber concebido en secreto en un momento dado, cuando finalmente fue a la Basílica de Letrán, dio a luz entre dolores en el teatro (al que llaman Coliseo por el Coliseo de Nerón) y San Clemente. Y allí, muriendo, en el segundo año de su pontificado, fue enterrada sin ningún honor, al cabo de un mes y cuatro días. Hay quienes escriben estas dos cosas: que cuando el Papa iba a la Basílica de Letrán, detestaba a la pontífice por el crimen cometido, y que evitaba deliberadamente ese camino. Y por la misma razón de evitar el error, mientras le dicen las primeras palabras en la Silla de Pedro, perforada para tal fin, sus genitales eran denigrados por el último diácono."
Restauración del dibujo de la mujer Papa con su hijo en brazos, tal como se halla en el reverso de la hoja CLXIX (Folium CLXIX) de la edición latina de la Crónica de Núremberg o Liber Chronicarum (1493).



GUILLERMO DE OCCAM
Guillermo de Ockham fue un sacerdote y filosofo que vivió más de 100 años antes del nacimiento de Cristóbal Colón (nació en 1287 y murió el 9 de abril de 1347). Es famoso por haber creado el principio de la Navaja de Ockham, o el principio de parsimonia, una herramienta filosófica y metodológica que establece que, ante dos o más explicaciones para un mismo fenómeno, la más simple (la que hace menos suposiciones o entidades) es generalmente la más probable y debe ser preferida como punto de partida. Este principio se aplica en campos como la ciencia y la filosofía para alcanzar conclusiones de manera más eficiente y lógica. Tan famoso ha llegado a ser este principio que incluso uno de los episodios de la famosa serie Doctor House se titula así; La Navaja de Occam.

Guillermo de Ockham consideraba a la Papisa Juana como un personaje real. En su libro "Opera Política", Guillermo de Ockham dijo que si se hubiese elegido a una mujer papa en su tiempo, la única justificación habría sido una "ignorancia insuperable", y ponía como ejemplo el caso de la mujer Papa:
"Porque quienes después supieran que era mujer no tendrían por qué aceptarla como papa. Pero quienes no lo supieran y sufrieran de una ignorancia insuperable, desde el momento en que ella fuese considerada papa, se les excusaría de aceptarla como tal por ignorancia. Daría igual, de todos modos, porque ella no tendría mayor autoridad verdadera QUE AQUELLA MUJER QUE, COMO CONSTA EN LAS CRÓNICAS, FUE VENERADA COMO PAPA POR LA IGLESIA UNIVERSAL DURANTE DOS AÑOS, SIETE MESES Y TRES DÍAS." (Opera Política, de Guillermo de Okham, Volumen 2, página 854, renglón 325-326)



LOS ASIENTOS DE PÓRFIDO

Debido a que la Iglesia y el pueblo de Roma fueron engañados al aceptar a una mujer como pontífice, posteriormente se utilizaron dos asientos perforados (asientos de pórfido) en las ceremonias de investidura papal para comprobar que cada nuevo papa fuera realmente varón. De esta forma, se evitó que se repitiera este error. 

“En esta capilla hay dos o más sillas de mármol rojo, con aberturas talladas, sobre las cuales, según tengo entendido, SE PRUEBA SI EL PAPA ES VARÓN O NO.” (William Brewyn, Guía del siglo XV de las principales iglesias de Roma, siglo 15, pág. 33)

Adán de Usk, clérigo galés, canonista, historiador y cronista de finales de la Edad Media, asistió a la coronación del papa Inocencio VII en octubre de 1404. Leamos su relato: «Tras desviarse por el aborrecimiento que le inspiraba la estatua de Juana y su hijo cerca de San Clemente, el papa desmontó y entró en la iglesia de Letrán para su coronación. ALLÍ SE SENTÓ EN UNA SILLA DE PÓRFIDO CON UN AGUJERO EN EL CENTRO PARA QUE UNO DE LOS CARDENALES MÁS JÓVENES PUDIERA CONFIRMAR SU SEXO». (Las Crónicas de Adán de Usk, escritas originalmente entre 1377 y 1421, traducidas por Sir Edward Maunde Thompson, K.C.B., segunda edición, pág. 263, publicadas en 1904 por Oxford University Press Warehouse, Amen Corner, E.C.)


LA CEREMONIA DE VERIFICACIÓN DE LA MASCULINIDAD DEL PAPA, PASO A PASO

El Papa entraba en la Iglesia de Letrán para su coronación. Allí encontraba dos asientos de pórfido. En el primero se sentaba, como si estuviera acostado. Esto representaba el parto de la Papisa Juana. 

Veamos cómo describe Juan Burchard, maestro de ceremonias papal (1484), la extraña posición que adoptaba el Papa al sentarse en la primera silla
“…el papa era conducido a la puerta de la capilla de San Silvestre, cerca de la cual se colocaban dos sencillos asientos de pórfido, EN EL PRIMERO DE LOS CUALES, DESDE LA DERECHA DE LA PUERTA, EL PAPA SE SENTABA, COMO SI ESTUVIERA ACOSTADO; y cuando estaba así sentado, el prior de Letrán entregaba al papa una vara en señal de gobierno y corrección.” (Burchard, Líber Notarum; RISS, XXXII pt. 1, vol. I, página 83)

Cesare D'Onofrio dice, enfáticamente, que el Papa adoptaba la posición de una mujer que está dando a luz: 
El Padre (o sea el Papa) adopta la posición del parto” (La Papessa Giovanna: Roma E Papato Tra Storia E Leggenda, página 206, por Cesare D'Onofrio) 

Esta primera parte de la ceremonia, en la que el Papa se sentaba adoptando la posición de parturienta (en memoria del parto de la Papisa), era secreta; es decir, era presenciada sólo por el conjunto de sacerdotes que concurrían a la coronación:
"La iglesia de San Juan estaba cerrada, y los soldados apostados en la puerta solo permitían la entrada al Papa y a los prelados, y el señor Virgil Orsini custodiaba la puerta." (Bernardino Corio, Patria Historia, Milán, 1503, en folio, R. iiii, reverso.) 

La última parte de la ceremonia, sin embargo, era pública:
"Finalmente, concluidas las ceremonias habituales en el Santa Sanctorum, se le tocó domésticamente los testículos ("domesticamente toccatogli li testicoli"), y dada la bendición, el Papa regresó al palacio» (Bernardino Corio, Patria Historia, Milán, 1503, en folio, R. iiii, reverso. Este pasaje fue eliminado en ediciones posteriores, pero se conserva en la reimpresión publicada en Milán, 1852-57, 3 vols. en 8°, edición acompañada de notas del profesor Egidio de Magri) 


UNA EXTRAÑA EXPLICACIÓN

En el documental “On The Trail of Pope Joan” el erudito italiano Claudio Rendina dice que la primera silla perforada era una silla para dar a luz. El Papa sentado en ella, por tanto, representaba a la madre Iglesia: 
...e implicaba al Papa sentado en este trono obstétrico, básicamente un trono de parto, para que representara a la iglesia madre. Así que, era con una silla de parto femenina porque él dirigía la iglesia madre..” (ABC Primetime Documentary “On the Trail of Pope Joan”, minutos 37:46 – 38:01)
Dada esta explicación, la periodista Lila Diane reflexiona: “Pero usada en una coronación… Es un simbolismo muy extraño, ¿no es así? Que un Papa se siente en una silla obstétrica.” (“On the Trail of Pope Joan”, minutos 38:01-38:11)

Mujer sentada en una silla obstétrica, como si estuviera acostada, para dar a luz.

La Papisa Juana dando a luz durante una procesión. Ilustración de Johann Wolf, "Lectionum memorabilium et reconditarum centenarii XVI" (1600)

Antiguo grabado que muestra a una mujer sentada en una silla obstétrica, como si estuviera acostada, para dar a luz.


Ahora bien, esta explicación de que el Papa adoptaba la posición de parturienta “para representar a la madre iglesia dando a luz” se acerca demasiado al verdadero significado (el parto de la Papisa). Es por ello que algunos eruditos de la iglesia han desarrollado otras explicaciones. Por ejemplo, en el libro The Pope’s Body, el historiador italiano Agostino Paravicini-Bagliani (nacido el 19 de noviembre de 1943, en Bergamo) explica que el papa se sentaba como si estuviera acostado, en la primera silla perforada, porque era “un símbolo de su muerte futura. Al mismo tiempo que recibe los símbolos del poder, se le recuerda al papa su naturaleza mortal: como escribió Inocencio III siendo cardenal: «Quien recientemente se sentó glorioso en el trono, pronto yacerá despreciado en la tierra». Así, el rito es una especie de «anticipación ritual de la muerte del propio papa recién elegido. El papa nacía y moría así con los apóstoles» (Agostino Paravicini-Bagliani, The Pope’s Body, páginas. 48-49.)

Si esto fuera cierto, ¿qué necesidad había de que el Papa colocara sus posaderas precisamente sobre el agujero de la primera silla de pórfido?
En realidad, la explicación que da Agostino no es más que otro intento de explicar la intrigante ceremonia que se llevaba a cabo en el primer asiento perforado; la cual era, en realidad, un rito en memoria del parto de la papisa Juana.


EL SEGUNDO ASIENTO PERFORADO

Luego el Papa se sentaba en el segundo asiento perforado. Una vez sentado, devolvía la vara y las llaves, y el clérigo más joven presente le palpaba los testículos como testimonio de su sexo masculino. Al comprobarlo, el clérigo debía exclamar: “¡Habet!” (“¡Tiene!") Y todos los clérigos presentes respondían: "¡Alabado sea Dios!". Luego procedían a la consagración del Papa electo. 

La expresión que se utilizaba para confirmar la masculinidad del Papa era “¡Habet!” (“¡Tiene!"), entendiéndose por ésta, que el pontífice tenía testículos. La expresión "Duos habet et bene pendentes» ('tiene dos y cuelgan bien') fue inventada por el pueblo, a modo de burla ante un rito ya de por sí grotesco.

En el Liber Chronicarum de Hartmanus Schedel (publicado en 1493 por Anton Koberger) aparece la siguiente información sobre la segunda silla perforada y el ritual de verificación del sexo del nuevo papa: “el ánimo de evitar el mismo error fue el motivo de que, por primera vez, SE RECURRIERA AL ASIENTO DE PIEDRA CON EL FIN DE QUE UNO DE LOS DIÁCONOS MÁS JÓVENES PALPARA LOS GENITALES [DEL PAPA] A TRAVÉS DEL AGUJERO QUE HAY EN ÉL” (Hartmanus Schedel, Liber Chronicarum, 1493, f. 169) 

Geoffroy de Courlon, un monje de Saint-Pierre-le-Vif en Sens en el siglo XIII, informó que los romanos tenían la costumbre de comprobar el sexo masculino del Papa con una silla especial con un agujero: “Por ello, se dice que los romanos adquirieron la costumbre de verificar el sexo del elegido a través del orificio de una catedra de piedra.” (véase Stanford 2009Kerner y Hebers 2010, 29; Spanheim 1725).
Portada del libro The She-Pope: Quest for the Truth Behind the Mystery of Pope Joan escrito por Peter Stanford

El clérigo y escritor católico Felix Haemerlin escribió, en 1440, un texto muy positivo sobre la papisa Juana (Hemmerlin 1440, cap. 27; Reber 1846, 241; Gössmann 1994, 79, nota 17): «…Mientras iba en procesión desde la Basílica de San Pedro hasta Letrán, en la calle que conduce del Coliseo a la iglesia de San Clemente, dio a luz como había elegido para la remisión de sus pecados». (De Nobilitate et Rusticitate Dialogus, de Felix Haemerlein, 1440)

Haemerlein también relata la historia de la silla papal en Letrán, la cual, según él, se utilizaba para comprobar el sexo de cualquier Papa recién elegido y así evitar otra papisa (Reber 1846, 241): «Hasta el día de hoy [la silla] sigue en el mismo lugar y se utiliza en la elección del Papa. Y PARA DEMOSTRAR SU VALÍA, EL CLÉRIGO MÁS JOVEN PRESENTE PALPA SUS TESTÍCULOS COMO TESTIMONIO DE SU SEXO MASCULINO. Cuando se descubre que es así, quien los palpa grita en voz alta: "¡Tiene testículos!". Y todos los clérigos presentes responden: "¡Alabado sea Dios!". Luego proceden con alegría a la consagración del Papa electo» (De Nobilitate et Rusticitate Dialogus, de Felix Haemerlein, 1440).

Felix Haemerlein fue contemporáneo de Alejandro VI; el famoso Rodrigo Borgia. De hecho, el mismo Rodrigo Borgia (Papa Alejandro VI) tuvo que someterse a esta ceremonia de verificación. 

Veamos como el humanista Bernardino Corio, que se encontraba en Roma en 1492 durante la entronización de Alejandro VI, relata este acontecimiento: «La iglesia de San Juan estaba cerrada, y los soldados apostados en la puerta solo permitían la entrada al Papa y a los prelados, y el señor Virgil Orsini custodiaba la puerta. "Finalmente, concluidas las ceremonias habituales en el Santa Sanctorum, se le tocó domésticamente los testículos ("domesticamente toccatogli li testicoli"), y dada la bendición, el Papa regresó al palacio» (Bernardino Corio, Patria Historia, Milán, 1503, en folio, R. iiii, reverso. Este pasaje fue eliminado en ediciones posteriores, pero se conserva en la reimpresión publicada en Milán, 1852-57, 3 vols. en 8°, edición acompañada de notas del profesor Egidio de Magri) 

El hecho de que Alejandro VI, quien tenía varios hijos, tuviese que someterse a esta ceremonia implica que dicha ceremonia era un ritual obligatorio para todos los Papas. No importaba que se supiese anticipadamente que eran varones (por la cantidad de hijos que tenían a pesar del celibato). Debían someterse a esta ordenanza, pues era un rito en memoria de la Papisa Juana, el cual, a su vez, permitía confirmar la masculinidad del nuevo Papa.
La prueba de masculinidad del Papa Alejandro VI (escena de la serie Los Borgia).

La afirmación de que el Papa Adriano IV abolió esta ceremonia en 1522 es falsa, puesto que en 1644 el escritor sueco Lawrence Banck afirmó que el sexo del papa continuaba siendo determinado de la manera “tradicional”.
Ilustración que acompaña un relato de Lawrence Banck sobre la coronación del Papa Inocencio X en 1644. 

Página 39 del Tomo 1 de Histoire de la Papesse Jeanne escrito por Friedrich Spanheim en 1720.

Aun cuando la mayor parte del rito era presenciada únicamente por los clérigos, la última etapa, es decir, aquella en la que el clérigo más joven palpaba los testículos del Papa, era pública (a la vista de todo el mundo). Hay muchos testimonios respecto de esto. Por ejemplo, en 1531 el humanista Juan-Pietro Valeriano Bolzani dirigió una carta al cardenal Hipólito de Médicis en la que menciona el rito de verificación de la masculinidad del Papa, enfatizando el carácter público de la última etapa del mismo: 
“A la vista de todo el pueblo, y en el pórtico de San Juan de Letrán que está frente a la amplia plaza repleta de público llegado con ocasión del rito, se obliga al nuevo papa a demostrar su virilidad con la verificación de sus testículos. Esta verificación anunciada en voz alta por el sacerdote, se registra inmediatamente en las actas: sólo entonces sabemos que tenemos un papa legítimo, después de la testificación ocular que prueba que en efecto tiene lo que tiene que tener”. (Juan-Pietro Valeriano Bolzani, pro sacerdotum garbis, 1531 edición 1621, página 9)

La existencia de esta carta es admitida incluso por escritores que niegan la existencia de la Papisa Juana. Veamos, por ejemplo, como el escritor francés Alain Boureau reconoce la existencia de esta carta:
(La Papesse Jeanne por Alain Boureau, Capítulo 1)

Traducción libre:
"Bolzani describe el rito subrayando su carácter público y oficial: "Delante del pueblo, y bajo el pórtico de San Juan de Letrán, que da a la gran plaza llena de gente que ha venido a asistir al rito, el nuevo papa se ve obligado a demostrar su virilidad comprobando que tiene abundantes testículos. Esta comprobación, anunciada en voz alta por el sacerdote, se hace constar inmediatamente en el acta: sólo entonces sabemos que se trata de un papa legítimo, tras el testimonio ocular que demuestra que efectivamente reúne las cualidades requeridas". (Juan-Pietro Valeriano Bolzani, pro sacerdotum garbis, edición de 1531, página 9)
Detalle de la ceremonia de verificación de la masculinidad del Papa, página 39 del Tomo 1 de Histoire de la Papesse Jeanne escrito por Friedrich Spanheim en 1720.

El sacerdote veneciano Georgii Stellae escribió en su obra Vies des papes ("Vidas de los Papas") en latín, lo siguiente sobre la ceremonia de verificación del sexo del Papa:
«Et ad evitandos similes errores, statutum fuit ne quis de cetero in beati Pétri collocaretur sede priusquam per perforatam sedem futuri pontificis genitalia ab ultimo diacono cardinale attreclarentur.» 
Traducción libre:
"Y para evitar errores semejantes, se decretó que en adelante nadie sería colocado en la silla del bienaventurado Pedro antes de que los genitales del futuro Papa fuesen examinados a través del asiento perforado por el último cardenal diácono." (Vies des Papes por Georgii Stellae, que hasta 1862 aparecía insertada en el volumen XVII de la colección de Rerum Italicarum scriptores) 

Tal como ocurre con todas las citas anteriores, esta fuente también fue conocida, y citada, por escritores que negaron la existencia de la papisa Juana. Veamos como el escritor francés Philomneste junior menciona esta fuente en su libro La papesse Jeanne etude historique et litteraire:
Página 70 del libro "La papesse Jeanne etude historique et litteraire" escrito por el escritor francés Philomneste junior



EL INSÓLITO CASO DE LA SILLA DE PÓRFIDO QUE LLEVÓ NAPOLEÓN A FRANCIA

Napoleón Bonaparte tomó prisionero al Papa Pio VII en 1809, y como parte del botín se llevó una de las sillas perforadas a Francia (en virtud del Tratado de Tolentino [1796-1797]). Esta silla formó parte, por muchos años, del museo de Louvre. Después de varias décadas, gracias a los acuerdos del Congreso de Viena (1814-1815), fue devuelta a Italia. Ahora se encuentra expuesta en un museo romano con la siguiente inscripción: "Silla obstétrica del siglo I d.C." 

A continuación la silla de pórfido que Napoleón llevó como trofeo a Francia, expuesta en un museo romano con la inscripción: "Silla obstétrica del siglo I d.C.":

Pero, ¿por qué la iglesia colocó esa extraña inscripción en la que no aparece ninguna referencia a Napoleón Bonaparte? ¿Por qué no menciona que esa silla fue llevada como trofeo a Francia? ¿por qué no se menciona que esta silla estuvo expuesta en el museo de Louvre por varias décadas?

La respuesta es bastante obvia; esto forma parte del esfuerzo por borrar completamente el pontificado de la mujer papa y sus consecuencias.

La silla que Napoleón llevó a París, y que luego fue devuelta a Roma, es la primera silla perforada, de pórfido, en la que se sentaba el nuevo Papa en la ceremonia de coronación. 

El agujero, en éste primer asiento, se encuentra en el borde frontal de la losa. El agujero fue tallado en esa ubicación porque este primer asiento representa una silla obstétrica; es decir, fue confeccionado tomando como modelo las sillas obstétricas antiguas. En esta primera silla el nuevo papa se sentaba como si estuviera acostado a fin de representar el parto de la Papisa Juana. 

Por lo tanto, "técnicamente" hablando, el letrero dice parcialmente la verdad, a la vez que ha ocultado para siempre toda relación de este mueble con la ceremonia de verificación de la masculinidad del papa durante la Edad Media. 

En el segundo asiento, en cambio, el agujero circular se encuentra en el centro de la losa. El agujero de la segunda silla está cortado en su cuarto anterior por una abertura cuadrada, que parte del borde frontal del asiento.

En esta segunda silla el Papa debía sentarse separando las piernas. Por el agujero circular quedaban expuestos sus testículos, y por la abertura cuadrada debía colgar el miembro viril. Esto permitía que el diácono más joven palpase sus testículos y  así comprobara que era varón.
Esto, por supuesto, refuta a todos aquellos escritores que dicen que las dos sillas eran completamente idénticas. 

En el libro La Papessa Giovanna: Roma E Papato Tra Storia E Leggenda, el escritor Cesare D'Onofrio menciona la interpretación de un médico danés (Olas Borrichius) quien en 1690 describía los asientos, conservados a la sazón en Letrán, como las sillas parteras utilizadas en su día por la emperatriz Popea (siglo I d.C.).

Ante esto debemos decir lo siguiente, la primera silla perforada NO es una antigua silla obstétrica del primer siglo, y JAMÁS FUE UTILIZADA por Popea, sino que se fabricó A SEMEJANZA  de las antiguas sillas obstétricas romanas. De hecho, ninguna silla obstétrica del imperio romano ha sobrevivido al paso del tiempo.

Los asientos perforados de color rojo, que se usaron en la coronación de los Papas, fueron confeccionados a finales del siglo IX.

En el caso del segundo asiento, para su hechura se tomó como modelo los retretes romanos. NO se usó un retrete real del imperio romano, sino que se fabricó A SEMEJANZA  de los antiguos retretes romanos

Los revisionistas papales dicen que las sillas de pórfido eran, de hecho, asientos de las letrinas romanas. Esta afirmación no es verdadera, ya que esos asientos eran blancos y largos, y que, en el caso de la letrina local, tenían un asiento similar pero en serie y no individual. Es imposible que la losa del asiento perforado del Papa sea una reutilización de una letrina, tanto por su uso más “noble” como porque las losas de las letrinas romanas no ha arrojado ninguna correspondencia. El orificio central de la silla de Letrán no coincide con el de las otras letrinas. Además, el biselado en las sillas de pórfido era puramente decorativo.

La comparación con las tapas de las letrinas romanas no ha arrojado ninguna correspondencia, y el orificio central de la segunda silla de Letrán es demasiado pequeño para cumplir esta función, además de carecer de alojamiento frontal o desagüe. Es más, las letrinas romanas, que aparecen en el museo británico, son réplicas, pues ningún retrete romano individual del primer siglo, ha sobrevivido al paso del tiempo.


OTRA PECULIAR JUSTIFICACIÓN

Los revisionistas papales afirman que fue un malentendido del pueblo llano, que malinterpretó una ceremonia de elevación papal que comenzó a celebrarse con el papa Pascual II en 1099. Veamos lo que escribió Von Döllinger en 1863: «El papa recién elegido tenía que sentarse en dos sillones calados que se encontraban frente al oratorio del Palacio de Letrán. Sentarse tenía el significado de ser investido. El hecho de que no usara tronos comunes, sino asientos de inodoro antiguos, se debió quizás a una simple torpeza. Sin embargo, como el pueblo comprendió que el mero acto de sentarse en un inodoro (en un evento público) era extraño y desconocido, el pueblo llano inventó su propia explicación. Según la interpretación popular, se decía que el sexo del papa se había comprobado a través de la abertur («Papst-Fabeln des Mittelaltes», Von Döllinger [1863 y reimpreso en 1890])

Al respecto, el arqueólogo Michael Habicht dice lo siguiente: «Esta declaración oficial de los expertos eclesiásticos (que quizás por «torpeza» el recién elegido papa se sentaba en un inodoro en un evento público) es difícil de aceptar en esta etapa, al menos para el lector actual, sobre todo porque también existen representaciones correspondientes de cómo se probaba y proclamaba el sexo del papa: «habet» (tiene [genitales masculinos]) (Kerner y Hebers 2010, 30, fig. 12)». («Papisa Juana: El pontificado encubierto de una mujer», p. 11)

Michael Habicht continúa su reflexión y dice: «Si los papas no hubieran usado esos asientos de inodoro con agujero, quizás la teoría nunca habría surgido. ¿O era, de hecho, un ritual desarrollado únicamente para demostrar el verdadero sexo biológico del papa y prevenir futuros casos de una papisa? Ahora bien, dado que el sexo masculino de un nuevo papa (supuestamente) debe probarse, esto implica que el riesgo de tener una mujer papa era una preocupación real.» («Papa Juana: El pontificado encubierto de una mujer», pág. 11).

El clérigo y escritor católico Félix Haemerlin escribió, en 1440, lo siguiente sobre la silla papal en Letrán, que se utilizaba para comprobar el sexo de cualquier Papa recién elegido y así evitar otra papa (Reber 1846, 241): «Hasta el día de hoy, [la silla] sigue en el mismo lugar y se utiliza en la elección del Papa. Y para demostrar su valía, el clérigo menor presente palpa sus testículos como testimonio de su sexo masculino. Cuando se descubre que es así, quien los palpa grita en voz alta: "¡Tiene testículos!". Y todos los clérigos presentes responden: "¡Alabado sea Dios!". Luego proceden con alegría a la consagración del Papa electo» (De Nobilitate et Rusticitate Dialogus, de Felix Haemerlein, 1440).

Así pues, aquí tenemos a un clérigo católico que contradice abiertamente la explicación oficial sobre las sillas de la iglesia. Y esto no era propaganda protestante, ya que fue escrito en 1440 d.C. (43 años antes de que naciera Martín Lutero) por un sacerdote católico.



EL MISTERIO DEL PAPA JUAN XX Y SU RELACIÓN CON LA HISTORIA DE LA PAPISA

Uno de los grandes misterios de la historia del papado es la ausencia del Papa Juan XX en la lista oficial de Papas. Existe Juan XIX (1024 - 1032) y Juan XXI (1276 – 1277). Pero entre estos dos pontificados no hay ningún Papa Juan XX, ¿Por qué?

Aunque se han dado varias explicaciones para justificar esta ausencia, en realidad, la verdad se encuentra precisamente en la historia de la Papisa Juana.

El problema comienza con la Papa mujer cuando asume el pontificado en 856, luego de la muerte de Benedicto III (el papa mujer había sido diacono de Benedicto). El titulo que adopta la papisa es “Juan VIII”. 

Después de la muerte de la mujer Papa (en plena procesión) la sucede Nicolás I, a éste le sucede Adrián II, y a éste le sucede Juan IX. ¡Sí, Juan IX! ¡No Juan VIII sino Juan IX! El Papa que ahora conocemos como Juan VIII (872-882) fue conocido como Juan IX hasta 1601. Veamos como la escritora y bibliotecaria norteamericana Elizabeth Gould explicaba esto con mayor detalle en 1971:
“Hay dos misterios inexplicables sobre el caso de la papisa Juana que no han sido resueltos satisfactoriamente por los oficiales. El primero es: ¿Dónde estuvo el papa Juan VIII durante todos los siglos hasta 1601? Porque el papa Juan (872-882) al que ahora se le conoce como Juan VIII fue por siete siglos considerado como Juan IX. Hubo un Papa Juan VII del 705 al 708, luego no hubo más Juanes hasta que león IV fue consagrado en 847. Según el Anuario Pontificio oficial de la Iglesia católica, Benedicto III fue consagrado en 855. Sin embargo, León había fallecido en 853, dos años antes de la consagración de Benedicto. La Iglesia disimula esta laguna murmurando que León vivió hasta 855, pero la veracidad de esta afirmación es fácilmente refutada por cualquiera con el suficiente interés como para investigar los hechos.
El siguiente Juan en convertirse oficialmente en Papa fue Juan IX en el año 872. ¿Dónde estaba entonces Juan VIII? ¿Y por qué Juan IX fue repentinamente renumerado como VIII cuando la Iglesia mitificó oficialmente a Juana setecientos años después? Para entonces, había habido no menos de catorce papas Juan desde Juan IX, Y todos tuvieron que retroceder un número, de modo que Juan XX (1024-1032) se convirtió en Juan XIX, y el número XX simplemente se eliminó. Para el siguiente Juan (1276-1277), se mantuvo Juan XXI, y le siguieron los XXII y XXIII antes de 1600.” (The First Sex por Elizabeth Gould, 1971, páginas 268-269)

La información mencionada por Elizabeth Gould, de que el papa Juan VIII fue por siete siglos considerado como Juan IX, es crucial. Todos los folios del Liber pontificalis (libro oficial de la historia de los papas) que contenían la biografía del Papa Juan que asumió el pontificado en 872 d.C. fueron destruidos.

¿Por que? Porque en esos folios se señalaba que ese Papa Juan era Juan IX, y no VIII como aparece en las listas de los Papas en la actualidad. 

La reedición del Liber pontificalis, hecha por Louis Duchesne en 1886, refleja este problema. Usted mismo puede revisar como Duchesne pasa de la biografía de Adriano II (que termina en la página 190) a la biografía de Esteban V (que comienza en la página 191): 


Unos años antes de que Louis Duchesne comenzara su reedición del Liber pontificalis, se descubrió el códice vaticano Latino 3762. Este es el único manuscrito del Liber pontificalis que contiene parte de la Biografía del Papa Juan que asumió el pontificado en 872 d.C. En ese códice éste papa aparece como Juan IX o Iohs VIIII en latín (VIIII es la antigua forma de escribir noveno en Latín). Veamos:
Folio 131r del Manuscrito (o códice) vaticano Latino 3762, que se remonta al año 1142 d.C. En el aparece Juan IX (Iohs VIIII, Latín medieval) después de Adriano II. Véase: https://digi.vatlib.it/view/MSS_Vat.lat.3762 

Duchesne, por tanto, incluye esta información en su reedición. Pero Duchesne no identifica al Papa Juan del 872 d.C. como Juan IX (VIIII en el latín medieval) sino como Juan VIII. Dicho de otro modo, Duchesne miente:
"Como se explica en el Capítulo II de la Introducción a este volumen, el Liber Pontificalis de Pierre Guillaume incluye: 1° las vidas de los papas desde San Pedro hasta Adriano II, interpoladas aquí y allá, y, desde mediados del siglo VIII, considerablemente abreviadas; 2° desde Juan VIII hasta finales del siglo XI, un catálogo compilado sucesivamente por varios contemporáneos, generalmente muy sucinto, pero a veces ampliado en notas breves; 3° desde Gregorio VII hasta Honorio II (1073-1130), extensas biografías, también escritas por contemporáneos. Esta colección completa ha llegado hasta nosotros en un manuscrito ejecutado en 1142 en el priorato de Saint-Gilles de Aceio, diócesis de Reims, por el monje Pedro Guillermo, bibliotecario del monasterio de Saint-Gilles en el bajo Ródano. El manuscrito de Pierre Guillaume aún existe: es el Vaticanus 3762 (H)." (Página 199 de la Reedición del Liber pontificalis, hecha por Louis Duchesne).

Como ya lo dijimos, en el códice vaticano Latino 3762 (también conocido como el Liber Pontificalis de Pierre Guillaume) el papa que asumió el pontificado en 872 d.C. aparece como Juan IX o Iohs VIIII en latín (VIIII era la forma de escribir "nueve" en el Latín medieval):
Folio 131r del códice vaticano Latino 3762 (también conocido como el Liber Pontificalis de Pierre Guillaume)

Es evidente que en 1142 d.C. el número original era IX (VIIII en el latín antiguo).

En algún momento, entre los siglos XV y XVI, se intentó borrar con un disolvente la última letra “i”, con pésimos resultados: 
Finalmente, en siglos posteriores, y ya con disolventes químicos más avanzados, se opta por eliminar la tercera “i”, de la cual sólo quedó una pequeña reminiscencia:

La última "i" ya no podía ser tocada pues se corría el riesgo de arruinar el manuscrito.

Después de la muerte de la Papisa, la principal preocupación era evitar que otra mujer Papa asumiera el pontificado. Por ello se crea lo de las sillas perforadas. Sin embargo, luego de la muerte de Adrián II, el papa que asumió el pontificado adoptó el nombre de Juan IX (Iohs VIIII); Esto porque la mujer Papa había sido Juan VIII. 

El simple hecho de intentar modificar el numero VIIII en el códice vaticano Latino 3762 demuestra que hubo un manoseo continuo (ya desde el siglo XV) de aquellos documentos que, de algún modo, avalaban la existencia de la mujer Papa.

Fue en el año 1601 que el Papa Clemente VIII tomó la decisión de borrar todo vestigio de la mujer papa, debido principalmente al temor por el protestantismo triunfante de aquellos años. El protestantismo fue un movimiento que había iniciado Lutero en 1517 y que para 1601 había desembocado en las famosas “guerras de religión” en Europa, las cuales se prolongaron hasta 1697.

Fue precisamente Clemente VIII quien ordenó la transformación del busto de la mujer Papa, que se encontraba en la catedral de Siena, en el Papa Zacarías:
“En los siglos XIV y XV ya se contaba a esta Papisa como personaje histórico, de cuya existencia nadie dudaba. Ella tenía su lugar entre los bustos tallados que se encontraban en la catedral de Siena. Bajo Clemente VIII, y a petición suya, se transformó su busto en el del Papa Zacarías.” (Papisa Juana, Enciclopedia Católica) 

Un detalle, no menor, en este respecto, es el caso del Papa Juan XXIII quien gobernó de 1410 a 1415 (5 años, 4 días). En la lista de Papas en inglés aparece este Papa acompañado de la siguiente información: “Súbdito del Reino de Nápoles. Cisma de Occidente. Se opuso a Gregorio XII. Convocó el Concilio de Constanza (1414). Depuesto. Se convirtió en decano del Colegio Cardenalicio en 1417. Fue considerado papa legítimo hasta 1958.” (véase https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_popes )

Sin embargo, en la lista de Papas en español ya no aparece; en su lugar se ha colocado a Gregorio XII (véase: https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Papas). 

Finalmente, hay otro Papa Juan XXIII (Angelo Giuseppe Roncalli) en 1958:

Respecto de Juan XXIII, Elizabeth Gould comenta: «¡Qué maravilloso es contarlo! ¡Tenemos otro Juan XXIII en 1958! ¿Significa eso que el Anuario Pontificio los ha retrocedido discretamente un puesto para llenar la vacante de Juan XX, que quedó fuera en la primera ronda?» (The First Sex por Elizabeth Gould, 1971, páginas 268-269)

La razón por la cual el clero católico se metió en este terrible fango del encubrimiento de la mujer Papa fue por el terror que produjo en ellos las guerras de religión. Era urgente borrar todo vestigio de la Papisa, y lo consiguieron en gran medida.
 
Desafortunadamente, para la jerarquía católica, siempre quedaron cabos sueltos. Cabos sueltos como los que han permitido construir esta presentación.


LEON IV MURIÓ EN 853 D.C.

En su libro "The First Sex", la escritora y bibliotecaria norteamericana Elizabeth Gould dice: "
Según el Anuario Pontificio oficial de la Iglesia católica, Benedicto III fue consagrado en 855. Sin embargo, León había fallecido en 853, dos años antes de la consagración de Benedicto. La Iglesia disimula esta laguna murmurando que León vivió hasta 855, pero la veracidad de esta afirmación es fácilmente refutada por cualquiera con el suficiente interés como para investigar los hechos.(The First Sex por Elizabeth Gould, 1971, páginas 268-269)

El escritor Clement Wood también afirma que el pontificado de la Papisa Juana comenzó en 853 d.C.: "Juan Anglicus fue un ateniense inglés que se ganó una reputación de erudito. Posteriormente impartió conferencias en el Trivium de Roma. Tras convertirse en cardenal, fue elegido papa por unanimidad tras la muerte de León IV en 853. Gobernó como Juan VIII hasta 855. Cabalgando desde San Pedro hasta Letrán, dio a luz al borde del camino." (The Woman Who Was Pope, Introducción, Clement Wood, 1931)

Es la certeza de la muerte de León IV en el año 853 la que hace que la crónica alemana Flores Temporum coloque el pontificado de la Papisa en el 854 d.C.: “Una papisa, en el año 854 d. C., gobernó durante tres años y cinco meses. Se dice que se llamaba Juan Anglicus y nació en Margam. Su amante la llevó a Atenas vestida de hombre, donde estudió y se convirtió en una experta en diversas ramas del conocimiento." (Flores Temporum, 1290 d.C.; MGH:SS, XXIV, p.243.)

Una fuente importante sobre el año 853 d.C., como año de la muerte de León IV, es el caso del libro "Chronicon", escrito por Marianus Scotus, monje y cronista escocés. Este libro, impreso en 1559 en Basilea, en folios, se extiende hasta el año 1085. Lo que leemos allí bajo la fecha de 853 d.C. es: «León, Papa, murió el 1 de agosto; le sucedió Juan, que era mujer, durante dos años, cinco meses y ocho días» (Folio 407 del libro "Chronicon" escrito por Marianus Scotus, impreso en Basilea en 1559)

Veamos la versión original en Latín:

Folio 407 del libro "Chronicon" escrito por Marianus Scotus, impreso en Basilea en 1559. 

Tal como afirman Elizabeth Gould (The First Sex), Clement Wood (The Woman Who Was Pope), y Michael Habicht (Pope Joan: The covered-up pontificate of a woman), León IV murió en 853 d.C.

Todos los escritores que ubicaron el pontificado de la mujer Papa entre el 853 y 855 d.C., lo hicieron porque sabían que León IV había muerto en el 853 d.C.  

Veamos este cuadro, el cual refleja la conclusión a la que llegaron Elizabeth Gould (The First Sex), Clement Wood (The Woman Who Was Popey Marianus Scotus (Chronicon) respecto de los años del pontificado de la mujer Papa



DESCORRIENDO EL VELO

Anuncio de la película "La Papisa Juana" de 1972:
Aunque la película es buena, son extremadamente escasas las escenas que reflejan la historia real de la mujer Papa. Una de ellas es precisamente la última; en la que da a luz en plena procesión y luego es linchada hasta morir:


Que el pueblo (que rara vez veía a su pontífice) no se hubiera dado cuenta, que el Papa era una mujer, es comprensible. ¿Pero es razonable suponer que los sacerdotes, que siempre estuvieron cerca de Juana, fueran tan tontos, tan miopes, que no hubieran tenido nunca la más mínima sospecha de que su pontífice era una mujer? 

La verdad es que el entorno cercano a Iohanes Anglicus siempre supo que ella era una mujer travestida; una mujer vestida de sacerdote, Casi todos los sacerdotes que rodeaban a Benedicto III sabían que su diácono, Iohanes Anglicus, era una mujer travestida.

Cuando Iohanes Anglicus asumió el pontificado (en 553 d.C.) los sacerdotes que la ungieron como Papa sabían que era una mujer.

Cuando hablamos del entorno de Benedicto III y de Iohanes Anglicus, estamos hablando de un aquelarre, de un coven. Iohanes Anglicus quedó embarazada en uno de los tantos ritos de fertilidad que practicó su aquelarre, su coven (cofradía de brujos).

En este punto es necesario aclarar que la brujería medieval era, por lo menos en teoría, un “culto a la fertilidad”. Y pongo entre comillas lo de “culto a la fertilidad” porque, a la luz de la información documentada, parecería más bien un “culto a la depravación sexual”. Veamos como describe Wikipedia las orgias que se llevaban a cabo inmediatamente después de la misa negra del aquelarre
“El demonio copulaba con las brujas y sodomizaba a los brujos y después comenzaba la orgía, en la que volvía a participar el diablo. Brujos y brujas se mezclan sexualmente y aparean unos con otros en total promiscuidad, sin consideraciones de sexo ni grados de parentesco". (El Aquelarre, Wikipedia, véase también Las Brujas en la Historia de España por Lisón Tolosana, 1992, páginas 130-131.)

Cuando hablamos del demonio, o diablo, en los aquelarres medievales, nos referimos al jefe de los brujos de dicho grupo. Éste era quien dirigía la reunión, y con frecuencia iba disfrazado de macho cabrío. 
El Aquelarre, del pintor español Francisco de Goya

Estos "diablos", o brujos jefes, eran personas que llevaban una doble vida. En público podían ser jueces, miembros de la policía, de la nobleza o del clero (monjas, sacerdotes, etc.). En secreto eran la cabeza de alguna de las muchas cofradías de brujos que habían en la Edad Media.

A continuación leeremos un ejemplo de una mujer que sale embarazada en un aquelarre. Para esto acudiremos a la antropóloga británica Margaret Murray, cuya definición de la palabra brujería permaneció en la enciclopedia británica hasta 1983 (es decir, hasta 30 años después de su muerte):
"
Consta que al término del siglo X o principios del XI, el demonio, en la figura del duque de Normandía, se unió en un bosque a la esposa del duque y, como resultado de su unión, ella tuvo un hijo que fue conocido como Roberto el Diablo. No había nada en el carácter de Roberto que justificara tal apelación, si la palabra tenía una connotación maligna; pero si, como yo sostengo, el rey o el jefe era visto por los normandos como dios encarnado, el hijo del rey sería al mismo tiempo rey y dios." (Capítulo V del libro EL DIOS DE LOS BRUJOS, por la antropóloga Margaret Murray)

En otras palabras, tanto el duque de Normandía como su esposa pertenecían a un aquelarre, un coven (una cofradía de brujos). En una de sus tantas reuniones secretas en los bosques, la esposa del duque salió embarazada del jefe del aquelarre; el brujo principal.

Aunque muy poco conocido en la historia de la mujer Papa, muchos de los primeros cronistas que la mencionaron, la relacionaron de alguna forma con el diablo, veamos algunos ejemplos:
“Cierta mujer, erudita y versada en el arte notarial, vistiendo ropas masculinas y fingiendo ser hombre, llegó a Roma. Gracias a su diligencia y a su erudición literaria, fue nombrada secretaria curial. Posteriormente, BAJO LA DIRECCIÓN DEL DIABLO, FUE NOMBRADA CARDENAL Y FINALMENTE PAPA. Quedando embarazada, dio a luz a caballo. Pero cuando la justicia romana fue informada, fue arrastrada fuera de la ciudad, atada de los pies a los cascos de un caballo, y durante media legua fue apedreada por el pueblo. Y donde murió, allí fue enterrada, y sobre una piedra colocada sobre ella, se escribió: Parce, Pater Patrum, Papisse Prodere Partum [Abstente, Padre de Padres, de traicionar el parto de la papisa]. Observa cómo tan temeraria presunción conduce a tan vil fin.” (Esteban de Bourbon, siglo XIII d.C., De Div. Mat. Praed.; Scriptores Ordinis Praedicatorum, I, p.367.)

Veamos la siguiente cita del Chronica Minor escrita en el año 1265 por el fraile franciscano Martinus Minorita y Hermannus Januensis: “Hubo otro falso papa, cuyo nombre y año se desconocen. Pues era mujer, como reconocen los romanos, de apariencia refinada, gran erudición y, con hipocresía, de alta conducta. Se disfrazó con ropas de hombre y finalmente fue elegida papa. SIENDO PAPA, QUEDÓ EMBARAZADA, Y MIENTRAS ESTABA ENCINTA, EL DEMONIO LO PUBLICÓ ABIERTAMENTE ANTE TODOS EN LA CORTE, GRITANDO ESTE VERSO AL PAPA: «PAPA, PATER PATRUM, PAPISSE PANDITO PARTUM» [OH PAPA, PADRE DE PADRES, REVELA EL EMBARAZO DE LA PAPISA].” (Chronica Minor; MGH:SS, XXIV, p.184)

Veamos ahora como aparece el relato de Juana en la crónica alemana Flores Temporum: “Una papisa, en el año 854 d. C., gobernó durante tres años y cinco meses. Se dice que se llamaba Juan Anglicus y nació en Margam. Su amante la llevó a Atenas vestida de hombre, donde estudió y se convirtió en una experta en diversas ramas del conocimiento. Posteriormente, fue a Roma, donde enseñó artes liberales y tuvo grandes maestros como alumnos. Se distinguió tanto en la ciudad por su vida y conocimientos que fue elegida papa, pero su amante, ya mencionado, la dejó embarazada [predicto amasio]. EN ESE MOMENTO, UN ENDEMONIADO FUE INTERROGADO BAJO JURAMENTO SOBRE EL MOMENTO EN QUE PARTIRÍA EL DEMONIO. EL DIABLO RESPONDIÓ EN VERSO: «PAPA, PATER PATRUM, PAPISSE PANDITO PARTUM. ET TIBI TUNC EDAM, DE CORPORE QUANDO RECEDAM» [OH, PAPA, PADRE DE PADRES, REVELA EL EMBARAZO DE LA PAPISA. Y ENTONCES TE HARÉ SABER EL MOMENTO EN QUE DEJARÉ EL CUERPO]. Finalmente, murió al dar a luz entre el Coliseo y la iglesia de San Pedro. Por eso los papas siempre evitan esa calle.” (Flores Temporum, 1290 d.C.; MGH:SS, XXIV, p.243.)

En la novela La Papisa Juana; una biografía romántica publicada por primera vez en 1886, el escritor griego Emmanuel Rhoides escribe que cuando Juana finalmente llega a Roma se hace celebre por su elocuencia, la cual utiliza para hablar sólo de cosas agradables y útiles como, por ejemplo, de las grandes virtudes del Sumo Pontífice (León IV en aquel tiempo). Esa aproximación la convierte en la favorita del Papa León IV. Y el hecho de que sus discursos sean fáciles de entender para todo el mundo hace que muy pronto sea aclamada en todos lados. Pero luego Emmanuel Rhoides añade esto: “SIN EMBARGO, EN SECRETO LE PIDE AL DIABLO LA MUERTE DE LEÓN IV, HE INCLUSO LLEGA A CLAVAR AGUJAS EN UN MUÑECO DE CERA HECHO A IMAGEN Y SEMEJANZA DEL PAPA. CUANDO LEÓN FINALMENTE MUERE, NO SORPRENDE EN LO ABSOLUTO QUE JUANA SEA ELEGIDA SU SUCESORA BAJO EL NOMBRE DE JUAN VIII.” (Emmanuel D. Rhoides, Pope Joan: A Romantic Biography, 1866)

Es un hecho que la brujería logró infiltrarse en los reinos y en el cristianismo de la Edad Media y Moderna. Un ejemplo de ello fue el sacerdote católico Étienne Guibourg quien llevó a cabo sacrificios humanos para favorecer a algunos miembros de la corte francesa en el siglo XVII.

Otro buen ejemplo es el "Sínodo del Cadáver" llevado a cabo en 897 d.C., cuando el Papa Esteban VI ordenó la exhumación y juicio del cadáver de su predecesor; el papa Formoso. 
Que este acontecimiento aterrador haya sido llevado a cabo en una iglesia, por un Papa, resulta totalmente inexplicable, salvo que el sumo pontífice haya formado parte de una cofradía de Brujos; un Coven o aquelarre.  Bastará citar un párrafo del libro The God Of The Witches para darse cuenta de ello:
"Era el Diablo quien señalaba que tumbas debían abrirse para obtener los materiales necesarios para hacer magia. Y cuando los cuerpos habían sido exhumados y desmembrados les decía a las brujas cómo utilizar los fragmentos. Era el Diablo el que preparaba o bautizaba las imágenes de cera y arcilla y quien introducía en ellas la primera espina o alfiler.” (Página 221 del libro The God Of The Witches de la antropóloga británica Margaret Murray)

Creo que a estas alturas está demás decir que cuando hablamos del demonio, o diablo, de las cofradías de brujos en tiempos medievales, nos referimos al jefe de los brujos de dicho grupo.

Otro de los elementos clave en la relación entre la Papisa Juana y la brujería es el "familiaris" que la acompañaba: 
"Se rumorea que este Juan era una mujer únicamente conocido como tal por un familiar (original latín "familiaris") que cohabitó con ella y la dejó preñada. Parió siendo papa. Así pues, ciertas personas no la cuentan entre los papas. Por cuya razón su nombre no lleva número." (Sigeberto de Gemblours, Chronographía, RGSS, I, pag. 794)

Veamos la explicación que da la antropóloga Margaret Murray sobre los familiares humanos: 
"El problema de los familiares ha desconcertado siempre al estudioso de los procesos de brujas, y esto básicamente a causa de la creencia de que las confesiones de las brujas se basaban en la histeria y la alucinación. Pero cuando se examinan con cuidado los relatos, los detalles circunstanciales demuestran que aquí, como en tantos otros puntos, las declaraciones del acusado están apoyadas en una base fáctica. Con frecuencia se comprenden mal estas declaraciones y, por lo tanto, los archiveros —y los comentaristas modernos— las interpretan mal, pero si se comparan los detalles se consigue un volumen de información considerable... En 1646 se juzgo a las brujas de Huntingdonshire. Elizabeth Weed, de Great Catworth, confeso que “hace más o menos veintiún años, cuando ella estaba recitando sus oraciones a la hora de ir a la cama, se le aparecieron tres espíritus. Uno con la apariencia de un hombre joven o muchacho, y los otros dos con la de cachorros: uno blanco y el otro negro... En 1665, Abre Grinset, de Dunwich en Suffolk, confeso que el Diablo apareció primero con la forma de un apuesto joven. Y a partir de allí, “se le presentó en la forma de un gato o gatito gris negruzco, que chupa de su teta hasta sacarle sangre”... Habitualmente, los familiares con forma humana pertenecían al sexo contrario al del brujo." (El culto de la brujeria en europa-occidental, Capítulo 8) 

El familiar humano es básicamente un individuo que sirve al brujo, que es del sexo contrario al de su amo. Uno de los familiares humanos brujos del que se tienen más detalles es Tom Reid (Thomas Reid), familiar humano de Bessie Dunlop o Elizabeth Dunlop (1576).


ENCUBRIMIENTO EXITOSO

El éxito del encubrimiento del pontificado de Juana sólo es comparable al éxito del encubrimiento actual del homosexualismo de la mayor parte del clero católico en el Vaticano.
El siguiente artículo apareció en el periódico británico THE TIMES, el 23 de abril de 2025 (3 días después de la muerte del Papa Francisco):

LA MAYORÍA DE LOS CARDENALES EN EL VATICANO SON GAYS, DICE CATEDRÁTICO CATÓLICO
"Rik Torfs, profesor de derecho canónico en la Universidad Católica de Lovaina y exsenador demócrata cristiano, sugirió durante un programa televisado de análisis de noticias que una proporción significativa —posiblemente la mayoría— de los cardenales que participarán en la elección del próximo papa son homosexuales. Esta observación, señaló, pone de relieve lo que denominó una "situación paradójica" dentro de la Iglesia, donde las enseñanzas oficiales consideran los actos homosexuales como pecaminosos, pero algunos miembros de la jerarquía pueden identificarse como homosexuales.
Torfs, católico practicante y franco comentarista sobre asuntos eclesiásticos, declaró: "Por un lado, las relaciones homosexuales se consideran pecaminosas, pero por otro, un porcentaje significativo —probablemente la mayoría— de los cardenales son homosexuales". Añadió que sus opiniones se basaban en conversaciones con personas familiarizadas con el Vaticano. Estos comentarios se producen en un momento en que la Iglesia se enfrenta a presiones internas y externas para reformarse. El papa Francisco, cuyo papado se caracterizó por sus esfuerzos por promover la inclusión, manteniendo al mismo tiempo la doctrina tradicional, expresó ocasionalmente su apoyo a las personas LGBTQ+, animando a las familias a amar y aceptar a sus hijos homosexuales. Al mismo tiempo, algunos de sus comentarios privados sobre la homosexualidad dentro del clero —reportados a través de diversos medios de comunicación— han suscitado críticas por su tono.
Esta aparente contradicción ha alimentado el debate sobre la transparencia, la coherencia y la inclusión en el liderazgo de la Iglesia. Los comentarios de Torfs han suscitado un debate más amplio sobre las expectativas depositadas en los funcionarios de la Iglesia y las realidades personales que pueden diferir de las enseñanzas institucionales. Mientras el Colegio Cardenalicio se prepara para reunirse y elegir al próximo pontífice, los observadores están atentos no solo a señales de continuidad o cambio en el estilo de liderazgo, sino también a cómo la Iglesia podría abordar las cuestiones actuales sobre doctrina, atención pastoral y reforma interna." (Most Cardinals at the Vatican are Gay, says Catholic academic, THE TIMES, 23 de abril de 2025) 

De acuerdo con el libro SODOMA, de Fréderic Martel, cuatro de cada cinco sacerdotes en el Vaticano son homosexuales. El objetivo de la obra de Fréderic Martel es presentar el homosexualismo entre el clero católico como algo que, no sólo se debe comprender sino también aceptar. Consecuentemente, lo único rescatable de este libro es la información que contiene.


APÉNDICE I

EL LIBER PONTIFICALIS Y EL CASO DEL “PAPA SIN NOMBRE”

Los primeros Libers Pontificalis (Libro de los Papas) sólo contenían la historia de los papas hasta el pontificado del papa Hormisdas (514-523 d.C.). En sucesivas ediciones, el Liber se amplió considerablemente. Casi todos los Liber Pontificales (excepto sólo uno) que contiene las historias de los Papas hasta Adriano II, e incluso más allá, tienen una peculiaridad. En la entrada que debería corresponderle a Nicolás I no aparece ni su nombre ni el renglón introductorio. En otras palabras, luego del último párrafo que le corresponde a Benedicto III sigue un párrafo que comienza con la frase “HUIUS INSIGNE BEATISSIMI”, veamos: 


De acuerdo con el arqueólogo Michael Habicht (2018), el escritor Peter Stanford (2009), y la escritora y erudita católica Joan Morris (1985), toda la información contenida entre las frases HUIUS INSIGNE BEATISSIMI” y "POPULUSQUE CUNCTI DEFENSOR" es en realidad una historia parcial de la Papisa Juana. A continuación, presentaremos todo el contenido entre esas dos frases, y lo examinaremos poco a poco:

Nos detendremos aquí un momento y reproduciremos el comentario de Michael Habicht sobre este punto: "En ninguna parte del texto se da el nombre del Papa, el texto comienza con "HVIVS INSIGNE beatissimi". Aprendemos que el nuevo papa era un niño especial, que no jugaba con otros niños y que era muy culto y que el padre guiaba al niño en el estudio de las Artes Liberales (como el informe de las fuentes para la Papisa Juana, ella estudió las Artes Liberales en Atenas y eventualmente fue hecha maestra del Trivium en Roma). El Papa Sergio II (c. 844 - 847) ordenó al ‘Papa sin nombre’ como subdiácono (podemos asumir que el papa sin nombre debe haber nacido alrededor de 820 a 830 d.C.) para alcanzar este nivel de jerarquía eclesiástica en este período de tiempo. Más tarde, el nuevo Papa León IV promovió aún más al candidato anónimo a diácono. Esto concuerda con los registros de Johanna cuando fue nombrada Cardenal-diácono bajo León IV." (Pope Joan - The Hidden Pontificate of a Woman”, The Liber Pontificalis as manuscript [página 28], Comparison of the manuscripts [página 32], por el arqueólogo Michael Habicht)

Continuemos viendo los siguientes párrafos:

Veamos lo que dice Michael Habicht sobre estos párrafos:
"La descripción del ‘Papa sin nombre’ no encaja con el conocido personaje de Nicolás I. El texto muestra un fuerte apego emocional del Papa Benedicto III a su diácono Johannes, quien finalmente se convirtió en su sucesor... Después de la muerte de León IV, no Juana, sino Benedicto III fue elegido como nuevo Pontífice. Esto concuerda con la evidencia dada por la moneda y testifica que el registro es auténtico y verdadero. El diácono sin nombre continuó su carrera clerical y fue asistente de Benedicto III y se dice que Benedicto lo amaba más que a su familia y que no podía estar sin él, ni siquiera por un momento: «Leone scilicet papa defuncto, Benedictus, mirae beatudinis vir et sacratissimus pontifex, supremo protectus, Romanae praeponitur sedi, suaquae illum administrationi coniunxit. Eo quod magis illum quam suae consanguinitatis proprioquos dilexist, ita ut per nullius hore momentum sine ille esse delectatetur.» Esta estrecha relación entre Benedicto III y su diácono o bien apunta a un asunto homosexual - o bien el Papa sabía que su diácono era una mujer. Más tarde se informa que el diácono enterró a Benedicto III en la antigua iglesia de San Pedro y le tenía un gran afecto." (“Pope Joan - The Hidden Pontificate of a Woman”, The Liber Pontificalis as manuscript, Comparison of the manuscripts, página 28-32, por el arqueólogo Michael Habicht)

Examinemos el comentario de Michael Habicht sobre estos párrafos: "Tanto el manuscrito de París como los registros de Juana coinciden en su popularidad entre el clero y el pueblo de Roma... La siguiente parte es de gran importancia, pues el manuscrito nos dice, cómo el diácono fue hecho papa. Después de haber sido elegido por el pueblo y el clero de Roma, el diácono se escondió en Letrán, sintiéndose indigno de este honor y fue sacado por el pueblo e instalado como papa." (“Pope Joan - The Hidden Pontificate of a Woman”, The Liber Pontificalis as manuscript, Comparison of the manuscripts, página 28-32, por el arqueólogo Michael Habicht)

¿Qué significa todo esto? Simple, todo los párrafos contenidos entre las frases “HUIUS INSIGNE BEATISSIMI” y "POPULUSQUE CUNCTI DEFENSOR" se refieren a la papisa Juana. Estos párrafos fueron interpolados y modificados. La historia que contienen se encontraba originalmente entre la muerte de León IV (853 d.C.) y Benedicto III (855 d.C.). Todo lo que se dice de Benedicto III en esos párrafos en realidad le corresponden a León IV. Todo lo que se dice sobre Luis II le corresponden a Lotario I. Y todo lo que dice sobre Nicolas I le corresponde a la papisa Juana.   

La información de que el diácono (Juana disfrazada) "se escondió en Letrán, sintiéndose indigno de este honor y fue sacado por el pueblo e instalado como Papa" es muy importante pues nos ayuda a comprender otro de los misterios del encubrimiento del pontificado de la mujer Papa; el enigma de los años 1099 y 1100 d.C. como fechas alternativas al pontificado de Juana. 

Fíjese como el Liber Pontificalis describe la elección de Pascual II en 1099 d.C.:
"En la solemne ocasión de la muerte del magnánimo Papa Urbano, la iglesia de la ciudad solicitó que se le asignara un pastor. Por esta razón, los cardenales y obispos, los diáconos y prelados de la ciudad, los primicieros y los escribas regionales se reunieron en la iglesia de San Clemente. Mientras se discutían allí muchos asuntos, se decidió repentinamente que este era más conveniente. AL ENTERARSE, ESTO DESAGRADÓ AL BUEN HOMBRE, Y DESEANDO EVITARLO, HUYÓ Y SE OCULTÓ. PERO NO PUDO OCULTAR POR MUCHO TIEMPO EL PLAN HUMANO EN BENEFICIO DE UN SOLO HOMBRE, QUE LA GRACIA DE LA DIVINIDAD HABÍA DISPUESTO REVELAR PARA LA SALVACIÓN DE TODOS. LO ENCONTRARON Y LO ARRASTRARON AL CONVENTO; LOS PADRES LO REPRENDIERON POR SU HUIDA: «ME ERA MÁS CONVENIENTE HUIR», DIJO, «PADRES, QUE SOPORTAR EL PESO DE UNA CARGA DESIGUAL CON UNA PRESUNCIÓN DE ÁNIMO INMODERADA; NI ME CONVENÍA SER SACERDOTE DE ESE HONOR»." (Pascual II, Liber Pontificalis)

¡Un calco de los acontecimientos que rodearon la elección de Juana!

Lo que ocurre es que en el año 1099, con el Papa Pascual II, la ceremonia de verificación de la masculinidad del Papa se transforma en un rito oficial en memoria del parto de la Papisa. 

Sentado como si estuviera acostado en las sillas, el Papa representó a la Papisa Juana dando a luz. Luego el sexo de Pascual fue verificado por el clérigo más joven. Previo a esto, Pascual II realizó toda una actuación (un misterio, una especie de obra teatral religiosa), en la que representó la forma en que la papisa había sido elegida y entronizada.

El Liber Pontificalis incluye parte de esa actuación de Pascual II, haciendo el papel de la Papisa, como si fuera parte de la historia real del Papa.

A partir de 1099 d.C., la ceremonia de coronación del Papa (que servía también para verificar su masculinidad) se transformó en un rito en memoria del parto de la Papisa Juana, a la vez que se seguía verificando la masculinidad del pontífice.

Es por ello que escritores como Jean de Mailly y Esteban de Borbón ubican el pontificado de Juana entre 1099 y 1100 d.C. Básicamente, confundieron la fecha de la actuación de Pascual II, haciendo el papel de Juana, con la fecha del pontificado de la Papisa.

Volvamos ahora al Liber Pontificalis y al Papa sin nombre:

Veamos el comentario de Michael Habicht sobre estos últimos párrafos:
"También se dice que el emperador Luis II estuvo presente en la consagración del nuevo papa en San Pedro y en el regreso a Letrán. También se dice que Luis II besó al nuevo papa con amor y luego regresó a su campamento fuera de Roma. Más tarde el nuevo papa visitó al emperador en su campamento, lleno de amor y afecto hacia él. El emperador cabalgó hacia el pontífice, desmontó y al tomar las riendas del caballo del papa, lo guió al campamento. Disfrutaron de su conversación espiritual mientras cenaban. El mensaje entre líneas es bastante obvio: se puede suponer que Luis II se había dado cuenta de que el nuevo Papa era una mujer disfrazada. El Liber Pontificalis también da una descripción del ‘Papa sin nombre’, describiendo al pontífice como guapo, educado, culto en la retórica, humilde, ilustre y generoso con los pobres, protector de los huérfanos y viudas y defensor del pueblo: «Erat enim aspectu pulcher, forma decorus, doctus in verbo, loquela humilis, actu preclarus, ieiuniisque de divino cultu intentus, pauoeribus largus, orphanum protector, et viduis fautor, POPULUSQUE CUNCTI DEFENSOR.» Uno puede estar completamente de acuerdo con las conclusiones de Morris, que esta descripción no encaja con Nicolás I, sino que se correlaciona muy bien con la Papisa Juana (Morris 1985, 67). Conrad Botho (ver abajo) informa que el Papa Juan coronó a Luis II como Emperador en el año 856. Esto se traduce en una imagen totalmente coherente de los acontecimientos. El Papa desconocido en el Liber Pontificalis describe partes de la vida de Johannes Anglicus y no de Nicolás I. Luis II ya era emperador durante algunos años en 858 cuando organizó todo para que Nicolás I se convirtiera en nuevo pontífice. Pronto se arrepintió de su apoyo, ya que Nicolás I desarrolló una alta autoestima y reclamó la superioridad del poder espiritual sobre el poder secular del emperador. Nunca se llevó bien con Luis II. Coincido plenamente con Morris en que la descripción del ‘Papa sin nombre’ no encaja con la de Nicolás I.(“Pope Joan - The Hidden Pontificate of a Woman”, The Liber Pontificalis as manuscript, Comparison of the manuscripts, página 28-32, por el arqueólogo Michael Habicht)

De los cientos de manuscritos del liber pontificales, sólo uno contiene la introducción del Papa Nicolas I luego de la muerte de Benedicto III. Y este único manuscrito le pertenece al Vaticano. Resultaba, pues, demasiado sospechoso. Es por ello que, entre 1886 y 1892, se crea la reedición del Liber Pontificalis por Louis Duchesne.  Veamos lo que dice Michael Habicht sobre esta última reedición: 
"La vida del ‘Papa sin nombre’ contiene varios elementos que se asemejan mucho a los informes sobre la Papisa Juana (Stanford 2009, 54; Morris 1985, 56, 59-68). Morris incluso demostró una posible manipulación hecha en la traducción impresa de Duchesne (Vol. 2, placa 2) que normalmente da comentarios sobre las distintas ediciones, pero en este caso, no indicó que se omitieran dos líneas, que en manuscritos posteriores se referían al Papa Nicolás. ¿Por qué Duchesne omitió dos líneas largas? Morris sugirió que se temía que la historia pudiera ser vista como la vida de la Papisa Juana (Morris 1985, 59-60).(“Pope Joan - The Hidden Pontificate of a Woman”, The Liber Pontificalis as manuscript, Comparison of the manuscripts, página 28-32, por el arqueólogo Michael Habicht)

Veamos ahora este interesante comentario de Michael Habicht respecto de los cambios que se hicieron en el Liber Pontificalis para borrar a la Papisa Juana: 
"Morris también reconstruyó que en el siglo XVI el manuscrito pertenecía a Marquardt Freher, quien lo prestó a los jesuitas para su compilación de la primera edición impresa del Liber Pontificalis en 1602 d.C. Hay pruebas de que habían quitado la vida de la Papisa Juana al considerar que su historia era una leyenda fraudulenta inventada por Martin von Troppau. La remoción de la Papisa Juana fue admitida en una publicación que mencionaba que la vida de Johannes Anglicus fue quitada (Joan Morris 1985, página 60). La explicación de los jesuitas, de que alguien añadió más tarde la leyenda de Martin von Troppau, parece ser una interpretación errónea deliberada. En realidad, como afirma Morris, es al revés: Von Troppau relató cuidadosamente lo que encontró en los viejos códices y que estaba allí antes del relato de Martin von Troppau en 1277. En el siglo XVII hubo incluso una queja pública sobre la falsificación católica del Liber Pontificalis al sacar a Johannes Anglicus (Morris 1985, 61-62). Friedrich Spanheim también se quejó de esta historia falsa producida por la Iglesia en 1602." (“Pope Joan - The Hidden Pontificate of a Woman”, The Liber Pontificalis as manuscript, Comparison of the manuscripts, página 28-32, por el arqueólogo Michael Habicht)


APENDICE II

OTRO ARGUMENTO MÁS

Quizás el ultimo argumento que esgrimen los exegetas de la iglesia, para negar la existencia de la ceremonia de verificación, es que en algunos documentos no se menciona específicamente el tocamiento de los testículos del papa. Veamos como ejemplo el Caeremoniale romanum, Venise, 1516 y 1582:
"Precedido por los canónigos y seguido por los cardenales que cantaron el Te Deum, entró en el coro de la iglesia y permitió a los canónigos besarles los pies. Luego pasó a la capilla de San Silvestre; frente a la puerta había dos sillas de pórfido calado. El Papa se sentaba en una de ellas, y el Prior de Letrán, arrodillado, le entregaba una vara, símbolo del poder de corregir y gobernar, y las llaves de la basílica y del palacio, emblemas del poder de cerrar y abrir, de atar y desatar. El Pontífice se levantaba con la vara y las llaves, se sentaba en el otro asiento, devolvía al Prior lo recibido y de nuevo arrojaba dinero al pueblo. Luego, pasando al sanctasanctórum, oraba allí de rodillas y con la cabeza descubierta; Luego regresó a la capilla de San Silvestre, donde entregó regalos a todo el clero." (Caeremoniale romanum, Venecia, 1516 y 1582, reimpreso en Nova colleclio scriptorum ac monumentorum de Hoffmann. Leipziek, 1733, in. 4°).

Para empezar debemos decir que este documento menciona claramente las dos sillas de pórfido calado. Además, se menciona que El Papa se sentaba en una de ellas y después se sentaba en el otro asiento.

Es claro que no se menciona el tocamiento de los testículos del Papa porque esa parte del rito debía permanecer secreto. Es decir, transmitirse sólo por vía oral. Debemos recordar la relación de todo el caso de la mujer Papa con la brujería medieval. El secretismo, característico de ese culto, es lo que permitía su supervivencia. Tal como sucedió con los sacrificios humanos llevados a cabo por el sacerdote católico Étienne Guibourgo por el mariscal Gilles de Rais (quien llegó ser nombrado canónigo de Saint-Hilaire-de-Poitiers), sólo se conocen sus abominables actos por las confesiones en los juicios y por la palabra de testigos. No existe ningún manual ni documento escrito que detalle la forma en que se deberían llevar a cabo sacrificios humanos, pues esos conocimientos sólo se transmitían por vía oral.  

Lo mismo es en el caso de los asientos de pórfido y de la Papisa Juana. De hecho, la muerte de la Papisa fue un sacrificio humano. Ella sabía que moriría de forma violenta. Recordemos las palabras de Felix Haemerlin: «…Mientras iba en procesión desde la Basílica de San Pedro hasta Letrán, en la calle que conduce del Coliseo a la iglesia de San Clemente, dio a luz como había elegido para la remisión de sus pecados». (De Nobilitate et Rusticitate Dialogus, de Felix Haemerlein, 1440, cap. 27; Reber 1846, 241; Gössmann 1994, 79, nota 17)

Ella era la cabeza de su coven (cofradía de brujos) y, tal como dice la antropóloga británica Margaret Murray, su sangre fue derramada:
"En los países en que se ofrecían tales sacrificios había tres métodos para matar a la víctima: 1. Por el fuego, y las cenizas se dispersaban sobre los campos o eran arrojadas a una corriente de agua; 2. Derramando sangre, de modo que cayera sobre la tierra, y 3. Por alguna forma de asfixia; en este caso, el cuerpo era desmembrado y sus fragmentos enterrados en los campos, o era quemado y se dispersaban las cenizas. El dios encarnado fue originalmente el rey o jefe de la tribu" (El Dios de los Brujos por Margaret Murray, capitulo VII, La Víctima Divina, página 207

De igual forma, el rito que recordaba su parto debía permanecer, por lo menos de manera oficial, oculto. 

Es por ello que la información sobre lo que se hacia en esos dos asientos llaga a nosotros por medio de testigos, y no por medio de un documento oficial. Veamos el testimonio del historiador griego Laónico Calcocondilas (1423-1490)
«Pontificem pronunciatum insidere jubent sedili foramen habenti, ut testes ex eo pendentes aliquis, cui hoc muneris injunctum est, tangat, qui appareat pontificem virum esse... Quapropter ne decipiantur iterum, sed rem cognoscant, neque ambigant, pontificis creati virilia tangunt. Et is qui tangit acclamat: Mas nobis Dominus est.» (Laonieus Chalcocondylas, De rebus Turcicis, edente C. A. Fabroto, Parisiis, in-folio, p. 160.)
Traducción libre:   
«Ordenan al proclamado Pontífice sentarse en un asiento con un agujero, para que los testículos (testes) que cuelgan por él puedan ser tocados por alguien a quien se le ha encomendado este oficio, ante quien parece ser un pontífice varón... Por lo tanto, para no ser engañados de nuevo, y para que sepan el asunto y no tengan dudas, tocan las partes masculinas del Pontífice elegido. Y quien las toca exclama: «El Señor nuestro es Masculino» (Laonieus Chalcocondylas, De rebus Turcicis, edente C. A. Fabroto, Parisiis, in-folio, página 160.)


APÉNDICE III

EJEMPLOS DE CAMBIOS

Sin embargo, para poder entender claramente lo que ocurrió, es sumamente importante que se sepa que la iglesia omitió, alteró o simplemente eliminó de su historia oficial algunos hechos embarazosos.

Un buen ejemplo de eso se puede ver en el caso de la fecha de fallecimiento del arzobispo católico Dunstan (19 de Mayo de 988 d.C.). Sin embargo, hasta el año 1925 se entendía que la fecha de su muerte había sido el 2 de Febrero de 988 d.C. Veamos, por ejemplo, la siguiente cita de la antropóloga británica Margaret Murray: “Los relatos sobre los poderes mágicos de Dunstan muestran que el pueblo lo consideraba un hombre con cualidades más que mortales. MURIÓ UN 2 DE FEBRERO, uno de los cuatro grandes sabbaths trimestrales.” (The God Of The Witches, capítulo 7, la Victima Divina, Thomas Becket, escrito por Margaret Murray en 1925)

¿Por qué la fecha de su muerte ya no es más 2 de febrero de 988? ¿Por qué es 19 de mayo de 988? La respuesta es que el 2 de febrero de cada 7 años los brujos medievales llevaban a cabo un sacrificio humano especial; el asesinato de su líder. La iglesia católica adoptó esa fecha y la convirtió en la “fiesta de la candelaria” (fiesta de las candelas o de las velas).
 
En su libro, Margaret Murray implica que Dunstan pudo haber sido asesinado por sus propios compañeros. Esto implicaría, a su vez, que tanto Dunstan como buena parte de los clérigos que lo acompañaban pertenecían a un culto relacionado con la brujería. De hecho, a Dunstan se le acusó de practicar la brujería y la magia negra, razón por la cual, el rey Æthelstan ordenó que abandonara el palacio. Por esa misma razón fue luego apaleado y arrojado a un pozo.  
  
Aun cuando siempre se relataron historias de encuentros entre Dunstan y el Diablo (en los que este último terminaba siendo avergonzado por Dunstan), el libro de Murray descorría un velo que revelaba una historia alternativa, subyacente, y sumamente intrigante. 
Es por ello que cambiaron la fecha.

En el caso del Papa Juan XX ocurrió algo similar. 



APÉNDICE IV

EL TESTIMONIO DE LOS JUDÍOS

En cuanto a los judíos, varios de ellos han hablado del Papa en sus Crónicas (Lib. Zuchafin, p. 146). Entre otros, Abraham Zachut, quien escribió alrededor del año 1500, afirma expresamente que, durante la época de Lotario, existió una papisa Juana, a quien incluso le otorga sabiduría al compartir, es decir, en forma rabínica, el favor y la habilidad. Añade a esto las circunstancias más memorables de esta historia, como el parto de Juana y las precauciones que se tomaron en Roma desde este incidente, como alejarse de la calle donde ocurrió el parto y comprobar el sexo del Papa. 


FIN



"Y por el poder del Espíritu Santo podréis conocer la verdad de todas las cosas."

La Papisa Juana: Un Personaje tan real Como León XIV

En esta presentación, mostraremos evidencia irrefutable que demuestra la existencia de una mujer Papa. Una mujer que se vistió de hombre y s...